domingo, 24 de marzo de 2019

trabajo 2 corregido

Textos folcloricos en el aula

Introducción:

Hoy en día vivimos en una sociedad donde prevalece las tecnologías, y donde se ha dado un paso a tras a lo tradicional, como antiguamente se leían cuentos se escribían etc.

Por ello hay que dar gracias a los maestros que siguen trabajándolo en sus aulas y hacen que los textos folclóricos no se olviden.

Los maestros tenemos que entender que por muy pequeños que veamos a los niños, son perfectamente capaces de establecer significados simbólicos y tenemos que potenciar esa reflexión y no dar respuestas anticipadas. No hay que explicar los cuentos a los alumnos, hay que dejar que decidan ellos lo que el texto les está transmitiendo.

Los niños en los cuentos folclóricos quieren parecerse a los personajes que les llama la atención, lo único que no se sienten identificados con ellos ya que los personajes en la mayoría de los casos son adolescentes, pero se sienten identificados en ocasiones en ciertas situaciones vividas por los niños también.

Algo que siempre me a gustado en el aula es que a la hora de contar ciertos cuentos es bueno utilizar recursos nuevos que a los niños les llame la atención, una herramienta que es antigua y fundamental en las escuelas son las marionetas ya que a los niños les llama mucho la atención.
En cuanto a los textos folclóricos también encontramos las poesías algo muy tradicional ya que como comentaba anteriormente, antiguamente se utilizaban mucho a través de la hora del juego (como ciertas canciones folclóricas que se utilizaban para saltar a la comba o para jugar con las manos).

Me llama mucho la atención cuando a veces estoy en el parque o en la escuela ver a los niños en la hora del recreo jugando a la comba con las canciones antiguas, algo fundamental para que no se olviden y siempre estén presentes.

A mí me las enseño mi madre y a la hora de los recreos jugaba con mis compañeras y monitoras de comedor algo inolvidable.

Como apuntaba Vygotski, el desarrollo mental del hombre tiene su origen en la comunicación verbal entre el niño y el adulto, y este es uno de los motivos por los cuales la literatura folclórica tendría que estar más presente en el aula.

Origen de los textos folclóricos:

El origen de la palabra “folclore” data de 1846. Fue acuñada por el anticuario inglés William John Thoms, sustituyendo al curioso concepto de “antigüedades populares” que existía hasta la fecha.
Hace referencia a diferentes aspectos de la cultura popular y tiene tres características fundamentales: el anonimato, la realidad y la multiplicidad de variantes.

Es por ello, que resulta de especial importancia la incorporación de la literatura oral tradicional en la escuela. La Literatura Folclórica supone hacer que el niño viva la palabra que ha perdurado durante generaciones, llenarlo de afectividad de la comunicación de tú a tú e incorporarlo a su cultura o a otras culturas ancestrales.

El pescador y su mujer:




Fuente: 

Es un cuento alemán recogido por los hermanos Grimm(1981).  Es del tipo 555 en el sistema Aarne-Thompson: El pescador y su esposa. Su tema fue utilizado en El cuento del pescador y el pez, un poema de 1833 de Aleksandr Pushkin. La novela de 1977, La platija, escrita por Günter Grass, se basa libremente en el cuento de hadas.





Fuente:

https://www.google.com/search?biw=1920&bih=969&tbm=isch&sa=1&ei=dIePXKrFA8WPlwTf6ZGgAQ&q=hermanos+grimm+&oq=hermanos+grimm+&gs_l=img.3..35i39j0i67j0l8.3173.3321..3577...0.0..0.61.120.2......1....1..gws-wiz-img.m1XyT_VWvuI#imgrc=cRza7BNiGG6h_M:


Justificación de la elección del cuento:  

Mi elección de este cuento ha sido por que cuando era pequeña en el colegio nos contaban este cuento muchas veces nuestra profesora de lengua. Además, también recuerdo que en la ESO nos toco leérnoslo en ingles, que gracias a que nos lo habían contado muchas veces podíamos entender ciertas palabras que no sabíamos su significado en inglés.
Este libro lo que nos transmite es la importancia que debemos dar a lo que tenemos sin necesidad de tener muchísimas cosas que aun así no nos da felicidad. Mejor tener poco que nos haga felices, además de la importancia de las personas que nos rodean antes que cualquier cosa material.




Fuente: 

https://www.google.com/search?q=el+pescador+y+su+mujer&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwit7Nj82YvhAhUDx4UKHUy9AfgQ_AUIDygC&biw=1920&bih=969#imgrc=7W5TtWXrGs7A_M:


Justificación de la elección de la edad: 

La edad recomendada es a partir de los 4 años, ya que es cierto que es un texto bastante largo, pero que les llama mucho la atención a los niños por el echo de que les llama la atención el personaje del pez de oro y que pueda realizar deseos.
Yo lo utilizaría con niños de 8 a 9 años ya que con estas edades pueden seguir el hilo de la historia y sentir curiosidad acerca de los deseos que quieren realizar.

En cuanto a la escritura es fácil para poder entenderla con estas edades, pero como estamos en textos folclóricos lo fundamental es contárselo a los niños.





Cuento:

Había una vez un pescador que vivía con su mujer en una choza, a la orilla del mar. El pescador iba todos los días a echar su anzuelo, y le echaba y le echaba sin cesar.

Estaba un día sentado junto a su caña en la ribera, con la vista dirigida hacia su límpida agua, cuando de repente vio hundirse el anzuelo y bajar hasta lo más profundo y al sacarle tenía en la punta un barbo muy grande, el cual le dijo: -Te suplico que no me quites la vida; no soy un barbo verdadero, soy un príncipe encantado; ¿de qué te serviría matarme si no puedo serte de mucho regalo? Échame al agua y déjame nadar. 

-Ciertamente, le dijo el pescador, no tenías necesidad de hablar tanto, pues no haré tampoco otra cosa que dejar nadar a sus anchas a un barbo que sabe hablar. 

Le echó al agua y el barbo se sumergió en el fondo, dejando tras sí una larga huella de sangre. 

El pescador se fue a la choza con su mujer: -Marido mío, le dijo, ¿no has cogido hoy nada? 

-No, contestó el marido; he cogido un barbo que me ha dicho ser un príncipe encantado y le he dejado nadar lo mismo que antes. 

-¿No le has pedido nada para ti? -replicó la mujer. 

-No, repuso el marido; ¿y qué había de pedirle? 

-¡Ah! -respondió la mujer; es tan triste, es tan triste vivir siempre en una choza tan sucia e infecta como esta; hubieras debido pedirle una casa pequeñita para nosotros; vuelve y llama al barbo, dile que quisiéramos tener una casa pequeñita, pues nos la dará de seguro. 

-¡Ah! -dijo el marido, ¿y por qué he de volver? 

-¿No le has cogido, continuó la mujer, y dejado nadar como antes? Pues lo harás; ve corriendo. 

El marido no hacía mucho caso; sin embargo, fue a la orilla del mar, y cuando llegó allí, la vio toda amarilla y toda verde, se acercó al agua y dijo: 


Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece, 
es preciso darla lo que se merece. 


El barbo avanzó hacia él y le dijo: -¿Qué quieres? 

-¡Ah! -repuso el hombre, hace poco que te he cogido; mi mujer sostiene que hubiera debido pedirte algo. No está contenta con vivir en una choza de juncos, quisiera mejor una casa de madera. 

-Puedes volver, le dijo el barbo, pues ya la tiene.

Volvió el marido y su mujer no estaba ya en la choza, pero en su lugar había una casa pequeña, y su mujer estaba a la puerta sentada en un banco. Le cogió de la mano y le dijo: -Entra y mira: esto es mucho mejor.

Entraron los dos y hallaron dentro de la casa una bonita sala y una alcoba donde estaba su lecho, un comedor y una cocina con su espetera de cobre y estaño muy reluciente, y todos los demás utensilios completos. Detrás había un patio pequeño con gallinas y patos, y un canastillo con legumbres y frutas. -¿Ves, le dijo la mujer, qué bonito es esto? 

-Sí, la dijo el marido; si vivimos siempre aquí, seremos muy felices. 

-Veremos lo que nos conviene, replicó la mujer.

Después comieron y se acostaron. 

Continuaron así durante ocho o quince días, pero al fin dijo la mujer: -¡Escucha, marido mío: esta casa es demasiado estrecha, y el patio y el huerto son tan pequeños!... El barbo hubiera debido en realidad darnos una casa mucho más grande. Yo quisiera vivir en un palacio de piedra; ve a buscar al barbo; es preciso que nos dé un palacio. 

-¡Ah!, mujer, replicó el marido, esta casa es en realidad muy buena; ¿de qué nos serviría vivir en un palacio? 

-Ve, dijo la mujer, el barbo puede muy bien hacerlo. 

-No, mujer, replicó el marido, el barbo acaba de darnos esta casa, no quiero volver, temería importunarle.

-Ve, insistió la mujer, puede hacerlo y lo hará con mucho gusto; ve, te digo. 

El marido sentía en el alma dar este paso, y no tenía mucha prisa, pues se decía: -No me parece bien, -pero obedeció sin embargo. 

Cuando llegó cerca del mar, el agua tenía un color de violeta y azul oscuro, pareciendo próxima a hincharse; no estaba verde y amarilla como la vez primera; sin embargo, reinaba la más completa calma. El pescador se acercó y dijo: 


Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece, 
es preciso darla lo que se merece. 


-¿Qué quiere tu mujer? -dijo el barbo. 

-¡Ah! -contestó el marido medio turbado, quiere habitar un palacio grande de piedra. 

-Vete, replicó el barbo, la encontrarás a la puerta.

Marchó el marido, creyendo volver a su morada; pero cuando se acercaba a ella, vio en su lugar un gran palacio de piedra. Su mujer, que se hallaba en lo alto de las gradas, iba a entrar dentro; le cogió de la mano y le dijo: -Entra conmigo. -La siguió. Tenía el palacio un inmenso vestíbulo, cuyas paredes eran de mármol; numerosos criados abrían las puertas con grande estrépito delante de sí; las paredes resplandecían con los dorados y estaban cubiertas de hermosas colgaduras; las sillas y las mesas de las habitaciones eran de oro; veíanse suspendidas de los techos millares de arañas de cristal, y había alfombras en todas las salas y piezas; las mesas estaban cargadas de los vinos y manjares más exquisitos, hasta el punto que parecía iban a romperse bajo su peso. Detrás del palacio había un patio muy grande, con establos para las vacas y caballerizas para los caballos y magníficos coches; había además un grande y hermoso jardín, adornado de las flores más hermosas y de árboles frutales, y por último, un parque de lo menos una legua de largo, donde se veían ciervos, gamos, liebres y todo cuanto se pudiera apetecer. 

-¿No es muy hermoso todo esto? -dijo la mujer. 

-¡Oh!, ¡sí! -repuso el marido; quedémonos aquí y viviremos muy contentos. 

-Ya reflexionaremos, dijo la mujer, durmamos primero; y nuestras gentes se acostaron. 

A la mañana siguiente despertó la mujer siendo ya muy de día y vio desde su cama la hermosa campiña que se ofrecía a su vista; el marido se estiró al despertarse; diole ella con el codo y le dijo: 

-Marido mío, levántate y mira por la ventana; ¿ves?, ¿no podíamos llegar a ser reyes de todo este país? Corre a buscar al barbo y seremos reyes. 

-¡Ah!, mujer, repuso el marido, y por qué hemos de ser reyes, yo no tengo ganas de serlo. 

-Pues si tú no quieres ser rey, replicó la mujer, yo quiero ser reina. Ve a buscar al barbo, yo quiero ser reina.

-¡Ah!, mujer, insistió el marido; ¿para qué quieres ser reina? Yo no quiero decirle eso. 

-¿Y por qué no? -dijo la mujer; ve al instante; es preciso que yo sea reina. 

El marido fue, pero estaba muy apesadumbrado de que su mujer quisiese ser reina. No me parece bien, no me parece bien en realidad, pensaba para sí. No quiero ir; y fue sin embargo. 

Cuando se acercó al mar, estaba de un color gris, el agua subía a borbotones desde el fondo a la superficie y tenía un olor fétido; se adelantó y dijo: 


Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece; 
es preciso darla lo que se merece. 


-¿Y qué quiere tu mujer? -dijo el barbo.

-¡Ah! -contestó el marido; quiere ser reina. 

-Vuelve, que ya lo es, replicó el barbo. 

Partió el marido, y cuando se acercaba al palacio, vio que se había hecho mucho mayor y tenía una torre muy alta decorada con magníficos adornos. A la puerta había guardias de centinela y una multitud de soldados con trompetas y timbales. Cuando entró en el edificio vio por todas partes mármol del más puro, enriquecido con oro, tapices de terciopelo y grandes cofres de oro macizo. Le abrieron las puertas de la sala: toda la corte se hallaba reunida y su mujer estaba sentada en un elevado trono de oro y de diamantes; llevaba en la cabeza una gran corona de oro, tenía en la mano un cetro de oro puro enriquecido de piedras preciosas, y a su lado estaban colocadas en una doble fila seis jóvenes, cuyas estaturas eran tales, que cada una la llevaba la cabeza a la otra. Se adelantó y dijo:

-¡Ah, mujer!, ¿ya eres reina? 

-Sí, le contestó, ya soy reina. 

Se colocó delante de ella y la miró, y en cuanto la hubo contemplado por un instante, dijo: 

-¡Ah, mujer!, ¡qué bueno es que seas reina! Ahora no tendrás ya nada que desear. 

-De ningún modo, marido mío, le contestó muy agitada; hace mucho tiempo que soy reina, quiero ser mucho más. Ve a buscar al barbo y dile que ya soy reina, pero que necesito ser emperatriz. 

-¡Ah, mujer! -replicó el marido, yo sé que no puede hacerte emperatriz y no me atrevo a decirle eso. 

-¡Yo soy reina, dijo la mujer, y tú eres mi marido! Ve, si ha podido hacernos reyes, también podrá hacernos emperadores. Ve, te digo. 

Tuvo que marchar; pero al alejarse se hallaba turbado y se decía a sí mismo: No me parece bien. ¿Emperador? Es pedir demasiado y el barbo se cansará. 

Pensando esto vio que el agua estaba negra y hervía a borbotones, la espuma subía a la superficie y el viento la levantaba soplando con violencia, se estremeció, pero se acercó y dijo: 


Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece, 
es preciso darla lo que se merece. 


-¿Y qué quiere? -dijo el barbo. 

-¡Ah, barbo! -le contestó; mi mujer quiere llegar a ser emperatriz. 

-Vuelve, dijo el barbo; lo es desde este instante.

Volvió el marido, y cuando estuvo de regreso, todo el palacio era de mármol pulimentado, enriquecido con estatuas de alabastro y adornado con oro. Delante de la puerta había muchas legiones de soldados, que tocaban trompetas, timbales y tambores; en el interior del palacio los barones y los condes y los duques iban y venían en calidad de simples criados, y le abrían las puertas, que eran de oro macizo. En cuanto entró, vio a su mujer sentada en un trono de oro de una sola pieza y de más de mil pies de alto, llevaba una enorme corona de oro de cinco codos, guarnecida de brillantes y carbunclos; en una mano tenía el cetro y en la otra el globo imperial; a un lado estaban sus guardias en dos filas, más pequeños unos que otros; además había gigantes enormes de cien pies de altos y pequeños enanos que no eran mayores que el dedo pulgar. 

Delante de ella había de pie una multitud de príncipes y de duques: el marido avanzó por en medio de ellos, y la dijo: 

-Mujer, ya eres emperatriz. 

-Sí, le contestó, ya soy emperatriz. 

Entonces se puso delante de ella y comenzó a mirarla y le parecía que veía al sol. En cuanto la hubo contemplado así un momento: 

-¡Ah, mujer, la dijo, qué buena cosa es ser emperatriz! 

Pero permanecía tiesa, muy tiesa y no decía palabra.

Al fin exclamó el marido: 

-¡Mujer, ya estarás contenta, ya eres emperatriz! ¿Qué más puedes desear? 

-Veamos, contestó la mujer. 

Fueron enseguida a acostarse, pero ella no estaba contenta; la ambición la impedía dormir y pensaba siempre en ser todavía más. 

El marido durmió profundamente; había andado todo el día, pero la mujer no pudo descansar un momento; se volvía de un lado a otro durante toda la noche, pensando siempre en ser todavía más; y no encontrando nada por qué decidirse. Sin embargo, comenzó a amanecer, y cuando percibió la aurora, se incorporó un poco y miró hacia la luz, y al ver entrar por su ventana los rayos del sol... 

-¡Ah! -pensó; ¿por qué no he de poder mandar salir al Sol y a la Luna? Marido mío, dijo empujándole con el codo, ¡despiértate, ve a buscar al barbo; quiero ser semejante a Dios! 

El marido estaba dormido todavía, pero se asustó de tal manera, que se cayó de la cama. Creyendo que había oído mal, se frotó los ojos y preguntó: 

-¡Ah, mujer! ¿Qué dices? 

-Marido mío, si no puedo mandar salir al Sol y a la Luna, y si es preciso que los vea salir sin orden mía, no podré descansar y no tendré una hora de tranquilidad, pues estaré siempre pensando en que no los puedo mandar salir. 

Y al decir esto le miró con un ceño tan horrible, que sintió bañarse todo su cuerpo de un sudor frío. 

-Ve al instante, quiero ser semejante a Dios. 

-¡Ah, mujer! -dijo el marido arrojándose a sus pies; el barbo no puede hacer eso; ha podido muy bien hacerte reina y emperatriz, pero, te lo suplico, conténtate con ser emperatriz. 

Entonces echó a llorar; sus cabellos volaron en desorden alrededor de su cabeza, despedazó su cinturón y dio a su marido un puntapié gritando: 

-No puedo, no quiero contentarme con esto; marcha al instante. 

El marido se vistió rápidamente y echó a correr, como un insensato. 

Pero la tempestad se había desencadenado y rugía furiosa; las casas y los árboles se movían; pedazos de roca rodaban por el mar, y el cielo estaba negro como la pez; tronaba, relampagueaba y el mar levantaba olas negras tan altas como campanarios y montañas, y todas llevaban en su cima una corona blanca de espuma. Púsose a gritar, pues apenas podía oírse él mismo sus propias palabras: 


Tararira ondino, tararira ondino, 
hermoso pescado, pequeño vecino, 
mi pobre Isabel grita y se enfurece, 
es preciso darla lo que se merece. 


-¿Qué quieres tú, amigo? -dijo el barbo. 

-¡Ah, contestó, quiere ser semejante a Dios!

-Vuelve y la encontrarás en la choza. 

Y a estas horas viven allí todavía.

Fuente:

https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/el_pescador_y_su_mujer

Resumen:

Había una vez un pobre pescador que vivía con su esposa en una cabaña junto al mar. Un día el pescador atrapa un lenguado de oro, que pretende ser un príncipe encantado, y le pide que lo libere. El pescador amablemente lo suelta. Cuando su mujer escucha la historia, ella dice que debería haber hecho que el pez le concediese un deseo, e insiste en que se vuelva y le pida que le conceda su deseo de tener una casa bonita.

El pescador regresa a la orilla, pero está incómodo cuando se encuentra con que el mar parece turbio, ya que era mucho más claro antes. Él hace una rima para convocar al pez, y este le concede el deseo de la esposa. El pescador está satisfecho con su nueva riqueza, pero la mujer no, y exige más, y exige que su marido vuelva al mar y desee que se le haga rey. De mala gana, lo hace, y consigue su deseo. Pero una y otra vez, su esposa lo envía de nuevo a pedir más y más. El pescador sabe que esto está mal, pero no consiguió hacer razonar a su esposa. Dice que no deben molestar al pez, y estar contentos con lo que se les ha dado, pero su esposa no lo comprende. Cada vez, el pez concede los deseos, pero cada vez el mar crece, y cada vez se ve más feroz.
Con el tiempo, la mujer va demasiado lejos cuando ella desea comandar el sol, la luna y el cielo, y hacerse igual a Dios. Cuando se hace este último deseo, el lenguado deshace todos los deseos, y devuelve al pescador y su mujer a su cabaña. Y con eso, el mar se calma una vez más.

Uso en el aula:

Cambios que realizar:

 En cuanto cambios o adaptaciones, considero que no hay muchas que realizar en el cuento en español ya que usa un lenguaje bastante claro y directo, fácil de entender. Además de frases repetitivas constantemente (¿Y qué quiere tu mujer? -dijo el barbo.), ya que la mujer era tan avariciosa que no paraba de mandar a su marido a pedir cosas.
La única pega que puedo decir es que en el libro en ingles como comentaba anteriormente hay ciertas palabras o frases que no estaría mal que pusieran una guía en un lado con el significado de ciertas palabras y frases que son difíciles de entender.

Contexto en el que se realizará la narración:

Desde mi punto de vista considero que este cuento se podría contar en cualquier momento o incluso aplicarlo en navidades cuando es la hora de realizar la carta de los reyes, ya que con el podemos trabajar el valor de la sensibilidad de las personas, es decir explicar a los niños que hay gente que no puede tener regalos y no por tener mas que otros son mas fosilices que los demás y el pedir aquello que sabemos que van a jugar con ello y no por tener tanto van a dejar de lado, pedir lo necesario.

 Preguntas que se plantearían:

Este punto lo dividiría en dos partes:

Antes de leerlo, antes de comenzar a leer un cuento me gusta mostrar a los niños el titulo del cuento y alguna imagen del interior del libro para que saquen conclusiones, y opinen sobre que va a ir el texto.

Después de leerlo: Les realizaría las siguientes preguntas
¿Qué os ha parecido la historia?
¿Qué os ha llamado la atención?
¿Qué personaje os ha gustado más?
¿Qué cambiaríais de la historia?
¿Si pudieseis pedir un deseo cual pediríais?
¿Consideráis que la mujer es feliz?
¿Le dan mucha importancia a lo material?


Fuente:

 http://www.dibujosparapintar.com/cuentos/actividades_pescador_mujer

Motivos y simbología:

Este cuento nos muestra la historia de dos personajes que son pobres y que gracias al marido que va a pescar todos los días consigue un pez dorado el cual les concederá deseos.

En este cuento se refleja la figura de la princesa que es en lo que quiere la mujer convertirse, como en la mayoría de los cuentos folclóricos.
Este cuento podemos decir que tiene final feliz porque al quitarles todos los deseos les enseña que no hay que ser avariciosos que con el deseo que se les había concedido al principio podían haber estado bien.

Muestra la figura masculina como antiguamente que era la persona que salía a trabajar de casa.
La amabilidad, tristeza y angustia del marido al no querer abusar del pez para que el mar no fuera subiendo, y el no poder parar de pedir deseos que su mujer quería,

Y el arrepentimiento de la mujer por haber abusado del pez que al final hace que pierdan todo y vuelvan a la vida que Vivian.

Valores:  el comportamiento del hombre, saber identificar las cosas que están mal hechas.

Contravalores: la avaricia de la mujer a la hora de no parar de pedir deseos y que luego llega el arrepentimiento.

El dinero llovido del cielo:

 












Fuente:


Justificación de la elección del cuento:

He elegido este cuento porque mirando cuentos folclóricos de los Hermanos Grimm me ha llamado la atención el que el título fuera el dinero cayendo del cielo, porque no me podía parar de imaginar que eso fuera verdad, y saliéramos a la calle y lloviera dinero.

Como podemos ver el personaje es una niña con una gran pobreza y gran amabilidad, los niños al contarles esta historia pueden sentirse identificados con el personaje y querer que les suceda lo mismo en cuanto que les llueva dinero, Además de la amabilidad que se sientan reflejados, el saber que hay que ayudar a la gente que lo necesita por que algún día podemos ser nosotros los que estemos en esa situación y también nos gustaría que nos ayudaran.


Es una historia muy bonita en la que podemos encontrar gran variedad de opiniones.

Justificación de la elección de la edad:

Este cuento lo utilizaría en la edad de 3 a 4 años, ya que están en esa cierta edad donde son un poco egoístas y quieren tenerlo todo, y no compartir con los demás.

En cuanto al cuento es muy simple ya que no utiliza vocabulario difícil para entender, además de ser corto y gracias a ello los niños pueden seguirlo con facilidad.

La estructura del cuento es simple sigue los pasos de todos los demas donde encontramos el planteamiento(donde vemos como es la niña y las condiciones que tiene),nudo (que nos muestra la personalidad de la niña la amabilidad con las demas personas que también necesitan esos recursos) y el desenlace (que es la parte que mas les llama la atención a los niños que es saber que pasa con las historia como en ese caso que las estrellas se convierten en oro y la niña ya no va a ser pobre.)
Fuente:
https://www.google.com/search?q=el+dinero+llovido+del+cielo&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi817K82ovhAhUuxYUKHRdkA1AQ_AUIDigB&biw=1920&bih=969#imgrc=exwNHEaJ0uDjaM:

Cuento:

Había una vez una niña que era huérfana y vivía en tan extremada pobreza que no tenía ni cuarto ni cama donde dormir, no poseyendo más que el vestido que cubría su cuerpo y un pedacito de pan que la había dado un alma caritativa; pero era muy buena y muy piadosa. Como se veía abandonada de todos, se puso en camino, confiando en Dios.

A los pocos pasos encontró un pobre que la dijo: "¡Si me pudieras dar algo de comer, porque tengo tanta hambre!" Y ella le dio todo su pan diciéndole: "Dios te ayude." Y continuó andando. Poco después encontró un niño que lloraba, diciendo: "Tengo frío en la cabeza, dame algo para cubrirme." Se quitó su gorro y se le dio. Un poco más allá vio otro que estaba medio helado porque no tenía jubón y le dio el suyo; otro por último la pidió su saya y se la dio también. Siendo ya de noche llegó a un bosque, donde halló otro niño que la pidió la camisa. La caritativa niña pensó para sí: "La noche es muy oscura, nadie me verá, bien puedo darle mi camisa." Y se la dio también.

Ya no la quedaba nada que dar. Pero en el mismo instante comenzaron a caer las estrellas del cielo y al llegar a la tierra se volvían hermosas monedas de oro y plata, y aunque se había quitado la camisa se encontró con otra enteramente nueva y de tela mucho más fina. Reunió todo el dinero y quedó rica para toda su vida.

Fuente:


Uso en el aula:

·         Cambios que realizar: En primer lugar, me ha llamado la atención que a la niña no le pusieran nombre ya que en la mayoría de los cuentos los niños los identifican a los personajes por sus nombres.

También añadiría al principio todos los elementos que la protagonista tiene porque al principio pone que lleva un vestido solo, y luego a lo largo de la historia, pone que se quita el gorro, luego su jubón y la saya, y como comprobamos hay elementos que arriba no mencionadas.

También cambiara las palabras como jubón y saya ya que son un poco complicadas para los niños, pero debajo del texto haría unas anotaciones donde pondría esos nombres para que los niños supieran que también se llaman de esa forma.

·         Contexto en el que se realizará la narración:Este cuento lo contaría una vez a la semana y así poder recordar a los niños la importancia de compartir con los demás.

Y en la ocasión de que en algún trabajo en grupo o mientras juegan hay algún conflicto recordares lo que decía la historia del cuento.

·         Preguntas que se plantearan:

Antes de leerlo, antes de comenzar a leer un cuento me gusta mostrar a los niños el título del cuento y alguna imagen del interior del libro para que saquen conclusiones, y opinen sobre que va a ir el texto.


1.      ¿Qué os ha parecido la historia?
2.      ¿Qué os ha gustado más?
3.      ¿Como reaccionaríais ante esta situación, en la que la gente les dijese que tienen frio etc.?
4.      ¿Qué haríais si viesen caer dinero del cielo y qué pensarían?
5.      ¿Que habéis aprendido sobre este cuento?
6.      ¿Actuaríais igual que la protagonista?

Motivos y simbología:
El personaje principal es el de una niña amable con los demás, y mostrándonos la lucha que tenían las mujeres para demostrar que podían realizar las mismas cosas que los hombres. Y que no necesitaban de su ayuda para realizar las cosas

En esta época la religión era fundamental y vemos como la niña tiene constantemente presente la figura de Dios.

Y nos  muestra la recompensa en este caso el dinero que llueve, por haber sido generosa con las personas que también lo necesitaba,

La princesa y el guisante









Fuente:



El cuento La princesa y el guisante  también conocido como Una verdadera princesa, es un cuento de hadas del escritor danés Hans Christian Andersen. Fue publicado por primera vez el 8 de mayo de 1835.

A diferencia de otros cuentos suyos y con finales realmente trágicos como El soldadito de plomo (donde el protagonista es quemado), La pequeña cerillera (donde la niña protagonista muere del frío del invierno) o La sirenita (donde la sirenita protagonista muere y no logra que el príncipe se enamore ni se case de ella), La princesa y el guisante sí tiene un final feliz.

Este cuento tampoco lo conocía, y hablando en el trabajo con unas compañeras sobre el trabajo que tenia que realizar me comentaron sobre él.












Fuente:
 https://www.google.com/search?q=Hans+Christian+Andersen&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjckL-IwYvhAhVIQBoKHbATAI8Q_AUIDigB&biw=1920&bih=969#imgrc=ymNlTa7m-eT5LM:

·         Justificación de la elección del cuento: Como comentaba anteriormente la elección de este cuento fue teniendo una conversación con mis compañeras de trabajo, y una de ellas me dijo que conocía este libro y que le había gustado mucho que le podría añadir a mi trabajo. Asiqué lo leí y lo incluí.







·         Justificación de la elección de la edad:


Este cuento lo añadiría en la biblioteca del aula de los cuatro años en adelante, ya que es un cuento corto, en donde se utiliza vocabulario simple y fácil de entender por los niños de estas edades.
Este cuento le podemos dar un gran uso en el aula.

En cuanto a la estructura del cuento sigue los mismos pasos que los anteriores, nos encontramos con el planteamiento que es el de la princesa entrando al palacio, el nudo seria la prueba que la reina hace a la princesa y por último tenemos el desenlace que es que le príncipe descubre que es una princesa de verdad.

Como podemos comprobar en la mayoría de los textos folclóricos se utiliza la figura del príncipe con su princesa y con un desenlace feliz.





·         Cuento:

Había una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, pero que no se contentaba sino con una princesa de verdad. De modo que se dedicó a buscarla por el mundo entero, aunque inútilmente, ya que a todas las que le presentaban les hallaba algún defecto. Princesas había muchas, pero nunca podía estar seguro de que lo fuesen de veras: siempre había en ellas algo que no acababa de estar bien. Así que regresó a casa lleno de sentimiento, pues ¡deseaba tanto una verdadera princesa!
Cierta noche se desató una tormenta terrible. Menudeaban los rayos y los truenos y la lluvia caía a cántaros ¡aquello era espantoso! De pronto tocaron a la puerta de la ciudad, y el viejo rey fue a abrir en persona.

En el umbral había una princesa. Pero ¡santo cielo, ¡cómo se había puesto con el mal tiempo y la lluvia! El agua le chorreaba por el pelo y las ropas, se le colaba en los zapatos y le volvía a salir por los talones. A pesar de esto, ella insistía en que era una princesa real y verdadera.

—Bueno, eso lo sabremos muy pronto —pensó la vieja reina.
Y, sin decir una palabra, se fue a su cuarto, quitó toda la ropa de la cama y puso un guisante sobre el bastidor; luego colocó veinte colchones sobre el guisante, y encima de ellos, veinte almohadones hechos con las plumas más suaves que uno pueda imaginarse. Allí tendría que dormir toda la noche la princesa.

A la mañana siguiente le preguntaron cómo había dormido.

—¡Oh, terriblemente mal! —dijo la princesa—. Apenas pude cerrar los ojos en toda la noche. ¡Vaya usted a saber lo que había en esa cama! Me acosté sobre algo tan duro que amanecí llena de cardenales por todas partes. ¡Fue sencillamente horrible!

Oyendo esto, todos comprendieron enseguida que se trataba de una verdadera princesa, ya que había sentido el guisante nada menos que a través de los veinte colchones y los veinte almohadones. Sólo una princesa podía tener una piel tan delicada.

Y así el príncipe se casó con ella, seguro de que la suya era toda una princesa. Y el guisante fue enviado a un museo, donde se le puede ver todavía, a no ser que alguien se lo haya robado.
Vaya, éste sí que fue todo un cuento, ¿verdad?



Uso en el aula:

Cambios que realizar:

No realizaría ningún cambio, lo único que como comentaba anteriormente en los cuentos anteriores utilizaría nombres para los personajes.

Contexto en el que se realizará la narración:

 Este cuento lo utilizaría o antes de dormir ya que están cansados y están más relajados.
·         Preguntas que se plantearan:

Antes de leerlo, antes de comenzar a leer un cuento me gusta mostrar a los niños el título del cuento y alguna imagen del interior del libro para que saquen conclusiones, y opinen sobre que va a ir el texto.

·     Después de leerlo:
1.      ¿Os ha gustado el cuento?
2.      ¿Si vosotros fuerais príncipes buscaríais también una princesa?
3.      ¿Vuestras madres también le harían pruebas?
4.      ¿Habéis pensado como seria vuestra vida si fuerais príncipes? ¿os gustaría?
5.      ¿Creéis que vosotros notaríais el guisante si esta tan escondido entre tantos colchones?
6.      ¿Dormiríais bien?
7.    ¿Qué cambiaríais vosotros del cuento?






Fuente:

 https://www.anayainfantilyjuvenil.com/pdf/proyectos_lectura/IJ00479801_9999975380.pdf

Motivos y simbología:

v  Como comprobamos los protagonistas son el príncipe y al príncipe, como antiguamente ya que tenían gran importancia, y son fundamentales en la mayoría de los cuentos folclóricos.

v  Nos vuelve a mostrar lo tradicional de los cuentos folclóricos que son los finales felices

v  Nos muestra de nuevo las tradiciones antiguas en la que el príncipe no se puede casar si no es con la princesa

v  La reina tiene que dar el visto bueno

Bibliografía:
Labajo González, I. (2018). Literatura Infantil (Guía de trabajo). CSEU "La Salle."
Labajo González, I. (2018). Literatura Infantil (Apuntes de la asignatura). CSEU "La Salle."